Ya son 25 años de que Marcelino Champagnat fuera proclamado Santo de la Iglesia Católica, sin embargo, este fue el colofón de un largo camino que comienza en 1789, con el nacimiento del noveno hijo de la familia Champagnat Chirat en Rosey. Luego, de diversas vicisitudes en su educación inicial y luego, en su formación como sacerdote, finalmente, es designado como ayudante del párroco en el pueblito de La Valla. Los Hermanitos de María nacerían pronto (1817), ya que Marcelino, sentía una necesidad imperiosa por la educación cristiana, así se lo comenta a la Reina María Amelia:

"Lo que vi con mis propios ojos en este nuevo puesto, referente a la educación de los jóvenes, me recordó las dificultades que yo mismo había experimentado a su edad, por falta de maestros. Me apresuré, pues, a poner en práctica el proyecto que tenía para crear una asociación de Hermanos maestros para los numerosos municipios rurales [?]" .

Instalados en el Hermitage (1825), el Instituto de los Hermanitos de María, continúan expandiendo su labor educativa por toda Francia. Ya en 1840, Marcelino, aquejado de una larga enfermedad estomacal, se despide de su familia carismática, para reencontrarse con el Padre y descansar en los brazos de su "Buena Madre". Pasarán, casi 50 años desde su muerte, para que la figura de Marcelino, su obra y su carisma ?iniciado con los primeros Hermanos Maristas?, se compartan y divulguen. Así, con el tiempo, el Fundador, dejaría de ser propiedad exclusiva de los Hermanos, para ser compartido con la naciente Familia Marista (Laicos, Laicas, Apoderados, Estudiantes y Colaboradores).

Esta "Familia Marista", que nace como parte de la Sociedad de María (1816), pero que busca su propio camino en la educación evangelizadora, siente que Champagnat es digno de ser compartido con toda la humanidad. Así, en diciembre de 1887, siendo designado el Padre Claude Nicolet (S.M.), como Postulador, se comienzan a levantar las investigaciones sobre Marcelino y la ejemplaridad de su vida, desde los relatos y testimonios de sus contemporáneos en la Diócesis de Lyon (Francia). Estos procesos informativos durarán hasta 1895 y en 1896, ya tenemos el Decreto de Introducción oficial de la Causa de Beatificación y Canonización. En 1920, Marcelino es declarado Venerable Siervo de Dios, aprobándose el Decreto de Heroicidad de sus Virtudes por el Papa Benedicto XV.

Ahora, sólo debemos esperar los milagros, para que el Fundador, continúe su camino para ser patrimonio de la Iglesia y así de toda la humanidad. Las curaciones milagrosas se dieron en 1939 y 1941. La primera fue de un tumor maligno a la señora Georgina Grondin (tía de un Hermano Marista) en Waterville (Maine, USA) y la segunda, fue al señor Juan Ranaivo (estudiante marista), de meningitis cerebroespinal, ocurrida en Antsirabé (Madagascar). Luego del reconocimiento de los milagros, el 29 de mayo de 1955, el Papa Pío XII proclamó a Marcelino Champagnat como Beato. Esto permitía que se iniciara un culto a la persona del Fundador, pero sólo dentro de la "Familia Marista".

Falta el paso final, un tercer milagro para proclamarlo Santo de la Iglesia Católica. Este finalmente se dio en Montevideo, con la curación ?por medio de la intercesión del Beato Marcelino Champagnat?, del Hno. Heriberto Weber, de una grave afección pulmonar en 1976. Este milagro es investigado y levantado como tal, luego de que el Postulador General de la época (1981-1991), el Hno. Agustín Carazo, conociera de primera mano el caso del Hno. Heriberto, sobre todo desde los documentos que respaldaban la historia de su inexplicable curación. Así, en 1985, inicia el Proceso Informativo Diocesano, cuya dificultad radicó en la incompleta documentación médica (especialmente 2 radiografías poco claras) que avalara la premisa de un milagro. En 1991, asume como Postulador General, el Hno. Gabriele Andreucci, quien continúa las gestiones de este posible milagro ante la Junta Médica de la Congregación para las Causas de los Santos del Vaticano. Finalmente, luego de dos "rechazos" anteriores (1993 y 1995), en 1997, los miembros de la Junta Médica consideraron que la enfermedad del Hno. Heriberto era una "Grave afección pulmonar caracterizada por diseminación nodular bilateral con una marcada insuficiencia respiratoria en el sujeto con gravísima repercusión del estado general". Y que la curación fue "muy rápida, completa, duradera e inexplicable". Así, en 1998, el Hno. Benito Arbués, Superior General, anuncia a todo el Instituto que la curación del Hno. Heriberto Weber, es realmente un milagro del Beato Marcelino Champagnat .

"Todas las diócesis del mundo entran en nuestros planes" , es precisamente lo que Marcelino proyecta con su obra y su familia carismática, pero también es lo que la Iglesia Católica, decreta el 18 de abril de 1999, con la solemne fórmula, dicha en latín por el Papa Juan Pablo II, donde declara y define santo al Beato Marcelino Champagnat y así lo inscribe en el catálogo de los santos y establece que sean devotamente honrados como tales en toda la Iglesia . El público en la Plaza de San Pedro (Ciudad del Vaticano), son miles de Maristas de todo el Mundo, que ven a su Fundador, elevado a los altares, pero no cualquiera, sino uno instalado en un andamio frente a la Basílica de San Pedro.

El nuevo Santo, Marcelino Champagnat, sigue en el centro de los andamios, desde las múltiples adecuaciones y ampliaciones de la casita de La Valla hasta la gran construcción de la "casa madre" de Nuestra Señora del Hermitage, sigue con la "sotana sucia, llena de polvo, con las manos manchadas de argamasa y la cabeza descubierta" ; porque la obra y como tal, el sueño, aún no están terminados, son miles de niños, niñas y adolescentes vulnerables a los que aún no hemos llegado con el amor a Jesús que se vive al estilo de María.

Son 25 años de la Canonización, de que Champagnat ha llegado al altar más alto de los cultos de la Iglesia Católica, a la cercanía máxima con Dios; pero también son 25 años que celebramos, recordamos con nostalgia y revitalizamos el carisma desde el servicio, la vida y la misión. No nos limitemos al recuerdo ni al imaginario idílico de este acto solemne, vivamos hoy el sueño de Champagnat, desde la actualización y la innovación de nuestros monumentos y estructuras, con prácticas y métodos que se adapten a los nuevos espacios y tiempos de la vida y misión, para que nuestro servicio diario sea "mirar más allá" desde lo alto del andamio, para así continuar con nuestras manos y ropas manchadas por el trabajo que significa la construcción del Reino de Dios. Los invitamos a conmemorar y recordar este hito para la historia del Instituto, pero también como Maristas de Champagnat, ser los garantes de que Marcelino Champagnat, su Obra y su Carisma sean más amados porque son mejor conocidos y experimentados, ya que el patrimonio sólo puede ser vivido en comunidad y esa comunidad, ahora es, una Familia Carismática Global.

Galeria